HISTORIAS SECRETAS DE LA ORDEN DEL TEMPLE Y ALGUNOS MITOS

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

Los motivos auténticos por los que determinadas estancias del poder imperante, bien en el ámbito político y religioso de la Europa del siglo XII, se decidieran a gestar una orden religioso-militar, que en el corto término de medio siglo su evolución fuera tan completa y llegara a tener el peso social, económico y político de bien seguro que no lo consiguieron sin el misterio que envuelve desde siempre sus orígenes, evolución, existencia y supuesto eclipse de la Orden del Temple.

 

Las tres religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo y el Islam en esencia proponen al conjunto de adeptos lo mismo: la salvación del alma mediante la fe y la práctica de las obras. Fe, basada en la creencia de un Dios único, que para los cristianos es el Padre, que nadie nunca ha visto, sino es por medio de su hijo, Jesucristo, hecho hombre.

Para los judíos es Yahvé, que ha escogido a su pueblo, Israel, al cual ha guiado mediante sus Patriarcas y profetas. Y para los musulmanes, Alá, el Misericordioso, que mediante el Arcángel Gabriel ha inspirado a su profeta Mahoma para transmitir las enseñanzas incluidas en el Corán, sin dudas, los templarios estaban mas cerca de sus enemigos musulmanes, (quienes se admiraban y respetaban por igual), que de los aliados de la iglesia católica, los judíos con su «falso Dios» Yawe, muy lejos de las enseñanzas originales de Cristo que nos hablaba de ABBA, un Dios de compasión y amor y no uno violento y vengativo, que mandaba a matar niños mujeres y ancianos con tal de garantizarle a Israel una «tierra prometida».

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A pesar de ello, las interpretaciones que se han realizado de estas religiones y de sus textos sagrados por parte de sus representantes, pastores y teólogos autorizados en cada momento, han llegado y, en consecuencia, han trasmitido conclusiones excluidas entre sí, a pesar del monoteísmo compartido en la creencia de un Dios único, Compasivo, Sabio, Justo, Omnipotente y Omnipresente.

Estas divergencias han generado a lo largo de los siglos guerras de religiones, basadas en los conceptos de guerra justa, aquella que se basa en la legítima defensa, por tanto Guerra Santa y que, en la época que estamos considerando, se añade la necesidad política de aplicar criterios religiosos en actuaciones del terreno económico, sociopolítico y geoestratégico, que ninguno de estos sistemas religiosos se ha librado de caer en la tentación, por parte de sus representantes, en utilizar la violencia para abrirse camino o bien para imponerse a los otros.

Llegados a este punto, sería muy importante aclarar que el concepto cristiano de “Guerra Santa” y el de “Yihad” islámico en el sentido más religioso y por tanto mas purista del término, hacen referencia a una actitud interior y personal de cada uno, es decir, el creyente ha de luchar contra sí mismo trabajando su naturaleza inferior a fin de acceder a estados superiores del espíritu y por tanto de perfección, y no a la perversión de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, que implica un enfrentamiento físico, hasta llegar a atentar a la vida, propio de interpretaciones falsas y características del fanatismo religioso.

 

En palabras del Maestre: «El ser humano es el resultado de una evolución de la materia hacia el espíritu,  sólo aceptando este estado, la materia se hace visible a Dios»

¿Es que hay algo más importante que el explicar a la humanidad esta simple verdad revelada?

 

El problema no es si Dios existe o no. Si el Dios de una religión es el verdadero y el de la otra es el falso. Dios no tiene ningún problema. El famoso verso de Ibn Arabí (1164-1240), poeta sufí, resuelve magistralmente por medio de la belleza y la compasión la rivalidad y la oposición entre las tres religiones: “Mi corazón lo tiene todo: un prado donde pastan las gacelas, un convento con monjes cristianos, un templo para los ídolos, la Kaaba del peregrino, los rollos de la Torah y el libro del Alcorán”.

 

La Jerarquía de la Iglesia católica no consideraba que aquellos Santos Lugares, hacia los cuales había surgido como una necesidad religiosa el recuperarlos, por el motivo de que había vivido el Maestro Jesús de Nazareth donde había sufrido la pasión, muerte y resurrección, también eran sagrados para los judíos y musulmanes, ya que asimismo había vivido y predicado, igual que Jesucristo, Abraham, Moisés y Mahoma. Razones por las que la ciudad sagrada de Jerusalén es la ciudad tres veces Santa y en la que todavía habitan restos de las ruinas del Templo de Salomón, que fue edificado de acuerdo con las estrictas normas que un ser «no de este mundo», (Soy el que Soy), dio a Moisés tal como aparece detallado en la Biblia, libro respetado por las tres religiones.

Pero cuidado aquí… pues no es lo que parece… incluso, podríamos decir que muchos profetas que están en la Biblia, esta muy en duda de que existieran realmente y fueran solo personajes de ficción creados al solo efecto de justificar un relato o un titulo de pertenencia…

Pero eso sera tema de otro artículo, seguramente muy controversial, pero para eso estamos aquí, para contar la historia que jamas nos revelaron, no solo la que ya conoces de una forma mas profunda.

 

Sigamos; El hambre, las enfermedades, las necesidades económicas, en definitiva la pena con la que les toca vivir al conjunto de la población de la época, añadido a la ignorancia y a la falta de cultura, constituyen un terreno abonado donde la exaltación religiosa será la simiente de esperanza para la masa europea, que puede mandar al hombre medieval al fanatismo o a la locura, con su desesperación por la falta de expectativas temporales de presente y por la visión del mas allá no muy prometedora de cara a la salvación última, entendiendo además el sentimiento de pecador y expiado de faltas inherentes a la condición humana, más el sentimiento de culpa trasmitido por la doctrina imperante que prácticamente lo enviaba al infierno, sin muchas posibilidades de salvarse.

 

Esto hace que la expectativa de una “Santa Cruzada” en nombre de Dios por la salvación de los respectivos reinos y patrias, así como también de las que se vive y se ve como una solución que entendiendo la esperanza de vida de aquellos tiempos y las posibilidades que ofrecía un cambio de vida de estas proporciones, casi resulta definitiva.

No obstante estos intereses que fueron los orígenes de las cruzadas los podríamos clasificar en dos ámbitos: el espiritual que surge como una necesidad personal e íntima delante el paisaje desolador de la existencia de miles de personas, la trascendencia espiritual que la jerarquía católica da soporte a todo aquello que le pueda representar una consolidación y aumente sus privilegios que en definitiva le comportarán un mayor peso político y social en Occidente, ya que no podemos olvidar que todo y que la dimensión de la iglesia católica es de ámbito extra temporal y se constituía en el siglo XII también en uno de los Estados más poderoso económicamente y políticamente hablando.

 

Así el ejército de los cruzados partirá bajo la divisa. “Dios lo quiere”.

 

Los motivos económicos que contribuyen precisamente a aumentar y consolidar el patrimonio del Estado Eclesiástico, ya que detrás de la pretensión de recuperar los Santos Lugares en Tierra Santa y de la defensa de la Fe, se esconde un programa de conquista de nuevos territorios, a fin de garantizar las rutas comerciales, abrir nuevos mercados y crear puntos estratégicos de defensa para frenar el avance del Islam. Por tanto, con todo este conjunto de circunstancias, la existencia de una Orden de las características del Temple se hace muy necesaria y resulta importante para poder actuar en los nuevos territorios conquistados y ejercer de policía velando por el nuevo orden y difundiendo los valores de la cristiandad.

NACIMIENTO Y EXPANSION

Los detalles del nacimiento de la Orden del Temple no son del todo conocidos, razón por la cual se especula los motivos por los cuales fue creada la Orden del Temple y se especula entre dos corrientes de historiadores: aquellos que proponen la teoría que la Orden templaria fue creada para la consecución de finalidades secretas, relacionadas con el descubrimiento de grandes verdades místico-esotéricas que los poderes oficiales habían estado silenciando durante siglos (Louis Charpentier), con su origen incluso remontado al sociedades secretas originadas en el antiguo Egipto.

 

Otros niegan toda implicación del trascendentalismo de la obra y misión de los templarios y se limitan al análisis de la Orden refiriéndose al ámbito político y religioso medieval y por tanto renuncian a plantearse misterios y cuestiones que sorprendan, (claro ejemplo: Dumerger).

 

Con la conquista de Jerusalén el 15 de Julio de 1099 se crea el reino latino de Jerusalén bajo la autoridad de Godofredo de Bouillon que no se quiso declarar rey, sino Protector del Santo Sepulcro y co-fundador de la Orden de los Templarios.

Esto hace que muchos cristianos europeos con la voluntad de peregrinar a Tierra Santa y poder contemplar el Santo Sepulcro y seguir los pasos de Jesús, iniciasen este viaje lleno de peligros y más arriesgado aún cuando pasaban por territorios de bandidos o por poder ser atacados por guerreros musulmanes.

 

Parten con la misión aparente delante de los ojos de todo el mundo de defender a los peregrinos, una excusa de lo más natural y necesaria, así como de combatir a los ejércitos musulmanes, a fin de proteger los intereses políticos y económicos de la cristiandad de Oriente. Vinculada a la política de la Santa Sede ya que en definitiva, es al Papa a quien le deben obediencia, (obviamente en un mero hecho politico que en la practica nunca se vio reflejada), desde sus orígenes. Se sabe que aproximadamente sobre el 1107 al 1120 se unieron diversos caballeros mandados por Hugo de Payns y Geoffroy de Saint Homer, André o Andrés de Montbart, tío de San Bernardo, Payen de Montdidier y Archambaud de Saint Amant, conjuntamente con otros caballeros anónimos,  ya que sólo se conocen sus nombres de pila: Gondemare, Rosal, Godefrey y Geoffroy Bisoli que decidieron formar una Orden religiosa o parte de esta, que sería auspiciada y secretamente conformada, por un grupo de notables y miembros de religiones o sociedades secretas que operaban desde Francia a Portugal, ligadas a conocimientos ancestrales originarios en Egipto, o mas allá de este en términos históricos.

 

Tenían doble función: si por un lado hacían votos de pobreza, castidad y obediencia como las otras Órdenes religiosas, por otro lado eran caballeros. La nueva Orden, formada mayoritariamente por nobles, asumía el compromiso de defender a los peregrinos y custodiar los Lugares Sagrados, por tanto iban a reforzar el movimiento de las cruzadas.

La primera comunidad está constituida por nueve Caballeros que fueron a Tierra Santa a vivir una vida de pobreza de acuerdo con la regla canónica de San Agustín. Balduino II, Rey de Jerusalén les cedió a los “Pobres Caballeros de Cristo”, este fue su primer nombre, una residencia en su Palacio de Jerusalén que antes de llegar los cruzados era la mezquita de Al Aksa, que habían construido los Omeies en el lugar donde la tradición situaba el Templo de Salomón, por este motivo fueron conocidos por la «Milicia del Templo de Salomón».

 

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No obstante la finalidad de su misión, los Templarios se pasan nueve años en aquel recinto en ruinas y en los restos del Templo de Salomón sin enfrentarse ni una sola vez con el adversario “infiel”, dedicados solamente a la oración y a la meditación y tal vez preparándose para la lucha militar que les esperaba: no sabemos nada más de sus actividades durante este periodo. Al cabo de nueve años, Hugo de Payns, con la incorporación en el año 1126 del Conde de Champagne y de otros Caballeros, fueron a París donde expusieron al Concilio de Troyes la necesidad de disponer de unos estatutos aprobados por la Iglesia, para pedir el reconocimiento de la Orden, este llegó el 1129 según Hiestand. Este Concilio de Troyes no dio a los “Pobres Caballeros de Cristo” una existencia legal que ya poseían, sino la posibilidad de acontecimientos importantes, ya que podrán admitir en sus filas numerosos caballeros nuevos y asegurarse un financiamiento oficial: Hugo de Payens es autorizado a recorrer el reino pidiendo en provecho de su orden  donaciones. Estas llegarán desde Inglaterra, Flandes, Portugal, Aragón, Cataluña y del resto de la Península Ibérica. Los Caballeros del Temple a través de las bulas, y a pesar del voto de pobreza, son autorizados a obtener derechos y privilegios. Como vestimenta tomaron un hábito blanco, encima del cual, en 1150, les es asignada por derecho propio una cruz en forma exclusiva; La Cruz Pate.

Los templarios, como caballeros monásticos, lucharon a favor de la cristiandad; crearon sus propias encomiendas y levantaron sus propios castillos, intervinieron en la redacción de leyes, en pleitos dinásticos y en la economía,  etc y ya sabemos el resto de la historia.

Por otro lado, las opiniones hacia la milicia del Temple de Salomón, abarcan un abanico de interpretaciones de su gesta que va, desde aquellos que defienden que los Templarios pertenecieron a una orden pre-cristiana y secular, de origen egipcio y druídico, que no tuvo nada que ver con los postulados de la iglesia romana y nació para proteger a cátaros, gnósticos, y sufís, hasta aquellos que dicen que su finalidad fue absolutamente anticristiana y alejada de cualquier impulso renovador y progresista, pasando por aquellos que mantienen que la Orden fue una excusa detrás de la cual se esconden las actividades de algunas sociedades secretas de los siglos XII y XIII de donde llegaron a beber las órdenes de los Rosacruces y Francmasones de los siglos XVIII y XIX, muy por encima, llegando a mutilar un legado y llegar a la estupidez y el mero circo, en el afán de parecerse y no ser.

ORGANIZACIÓN

El Temple se dotó rápidamente de estructuras sólidas que por razones geográficas y administrativas se dividieron en dos organizaciones complementarias: la Orden situada en Occidente tendrá la misión de cultivar todos los campos, viñas campos de cebada para recoger los beneficios. Los donativos, que eran el origen de sus beneficios, son de todas las formas posibles: propiedades enteras, derechos sobre los mercados, ferias, casas, rentas vitalicias, esclavas moras etc.

La Orden situada en Oriente, utilizará los beneficios de la de Occidente para mantener a los caballeros de Oriente, someter a las tropas indígenas, construir, mantener y engrandecer las fortalezas defensivas de Tierra Santa y de la actual España y Portugal.

 

El templario ha de abdicar de toda voluntad y orgullo personal, tal como se encuentra precisado en el ritual de ingreso de la Orden. “Si ingresáis entre nosotros requerís algo bien grande porque sólo veis de nuestra Orden la corteza que la recubre. Vosotros veis hermosos caballos, buenos jaeces, el buen beber y el buen yantar y la posesión de hermosas ropas, bonitos vestidos. Pero no conocéis los duros preceptos que van por dentro, pues es dura cosa que vos, que sois sire de vos mismo, os convirtáis en siervo del prójimo. Porque a duras penas haréis alguna vez lo que deseéis. Y si queréis dormir, se os hará velar y si alguna vez deseáis velar, se os mandará ir a reposar a vuestro lecho. Cuando estéis sentado a la mesa y deseéis comer, se os mandará ir donde se tenga a bien y jamás sabréis adonde. Pensad bien todo esto buen y dulce Hermano para saber si sois capaz de soportar todos estos rigores”.

 

Y como el propio Jesucristo: “El hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida para rescatar la de muchos”. (Mateo 20,28).

 

Se trata en definitiva de una experiencia de carácter religiosa, de abandonar la vanidad del mundo, de la búsqueda interior, de la entrega al servicio solidario de los más débiles y la defensa de los valores y lugares más valiosos para la cristiandad.

La regla en consecuencia será religiosa y militar. La primitiva tiene 72 artículos; establece un orden jerárquico. A pesar de que San Bernardo deseaba una jerarquía de mérito y no de origen social, lo cierto es que reproduce la organización de la sociedad medieval:

 

• Los Caballeros : Fraters Milites.

• Los Capellanes : Fratres Capellani.

• Los Guerreros: Fratres servientes armigeri.

• Los sirvientes y artesanos: Servientes famuli et officii.

A la cabeza de la Orden estaba el Maestre, asistido por el Senescal que lo reemplazaba en su ausencia. El Mariscal tenía la última palabra en todo aquello que se refiere al material y a la organización militar y también tiene bajo sus órdenes a los Comendadores que representan las provincias.

El Gran Maestre poseía una autoridad ilimitada. En cualquier caso la autoridad de este supremo dignatario de la Orden era indiscutible y estaba desligada de las autoridades religiosas incluidas la de los príncipes. Nada más debía obediencia al Papa: a través de la Bula de 1139, ni tan sólo los obispos podían excomulgar a los templarios, ni a sus vasallos ni a sus dominios territoriales, ni pronunciar cualquier cosa en sus cuestiones, cosa que los hacía inviolables, y esta claro que la obediencia al Papa era un hecho meramente politico, pues en mas de una oportunidad el Gran Maestre le dijo NO al Papa.

La vida de los templarios estaba reglamentada hasta los mas pequeños detalles: las plegarias, los ayunos, la vestimenta, los alimentos, las enfermedades, no hay nada dejado al azar. Los retractos (1165) y las consideraciones (1257) completan la Regla primitiva.

Las consideraciones servirán de “jurisprudencia” para sancionar las faltas cometidas contra la regla, que no se han de confundir con los pecados confesados. No obstante esta regla sera modificada y tendrá poco que ver con la original. Existió y existe hoy en día la «verdadera» regla de la Orden del Temple, que era la existente para la sociedad secreta a la cabeza de la pública, que se la conoció y conoce como el Secretum Templi.

EXISTENCIA Y EVOLUCIÓN

Los Caballeros del Temple que se quedaron en Tierra Santa inician su misión: no solamente proteger a los peregrinos sino guerrear contra el infiel, inspirados en los “Elogio de la Nueva Milicia” (De Laude Novae Militiae) de San Bernardo de Claraval, (1109-1153), doctor de la Iglesia y ardiente predicador de la II Cruzada, el cual, recurre a la idea de la Guerra Santa, donde se encarga de dejar claros los conceptos de homicidio penado y homicidio en nombre de Cristo, cosa que dispensa y hasta enaltece exhortando a sus predilectos, los templarios, a perseverar en su finalidad espiritual y en su misión de lucha, atendiendo que es necesaria para salvaguardar el principio de libertad religiosa para poder conseguir la cristiandad la verdadera fe y el premio final, el paraíso,

parecido al concepto que utiliza la Yihad, y dice que Cristo es la recompensa de la muerte cuando se moría luchando contra el “infiel”, concepto que a la Edad Media se aplicaba tanto para los cristianos como para los musulmanes a aquellos que creían en el Islam o en el cristianismo respectivamente. En principio el concepto no comporta traición a la Fe, sino un rechazo por desconocimiento o ignorancia de ésta, «ya que si en la batalla se encuentra la muerte los milites se reunirán con el Señor».

Desde entonces lucharán conjuntamente con los Hospitalarios de San Juan en la fuerza de vanguardia de numerosos conflictos armados. Se los recordará por su valentía y coraje, pero a pesar de ello, la historia les reprochará sus riquezas y su injerencia en los asuntos internos en el Reino de Jerusalén.

Su divisa y su himno, que cantan en Tierra Santa los templarios y muy pronto en todo el pueblo civilizado es:

NON NOBIS, DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINI TUO DA GLORIAM

Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino para la gloria de tu nombre.

Asimismo el ideal templario y su visión del mundo afloran en el Emperador Staufen y lo hacen participe de la sabiduría de otras civilizaciones, de sus costumbres y maneras que sólo los monarcas castellanos y catalano- aragoneses, como Jaime I, el Conquistador se dan cuenta que sólo ellos son capaces de luchar contra el imperio musulmán y a la vez poder abrirse a su pensamiento o bien hasta llegar a mezclar su sangre con dinastías provenientes de Damasco.

Este juego político que desprende estas realidades y plantea una suposiciones que muestran el difícil papel que estaban jugado los templarios, al encontrarse siempre entre dos poderes, ya que habían de servir al Papa pero sin enfrentarse al Emperador, por ello, la verdadera lucha de la Orden era conseguir sus objetivos sin colisionar con ninguno de los dos. Al menos aquellos que participaron en los secretos de Estado y el funcionamiento interno de la Orden que en parte fueron los causantes de su caída. Tal vez no eran tiempos para un orden sinárquico universal, para el sincretismo de las religiones. No había lugar para el ecumenismo a los principios del siglo XIV aunque despuntase ya el renacimiento.

Esta misión es precisamente la intención templaria más afín al ecumenismo y al universalismo religioso que el pensamiento de la doctrina de la Iglesia que ha creado la orden. En palabras de Albert Einstein: “un ser humano es parte del todo de lo que dicen Universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Se experimenta a si mismo, a sus pensamientos y sentimientos como cualquiera separado del resto, en una especie de ilusión óptica de su conciencia. Nuestra misión ha de ser liberarnos de esta presión ampliando nuestro círculo de compasión hasta poder abrazar a todas las criaturas vivientes y a la naturaleza con todo su esplendor”.

LA INFAMIA Y EL PROCESO

En todo el seguimiento de acusaciones hay subyacente una voluntad clara y definida, como es la de menospreciar el crédito moral que la Orden tenía en todas partes, acabar con ella desde dentro, aniquilarla en nombre de la pureza de la fe y de la defensa de la religión, precisamente las finalidades externas para las que fue creada.

Tendríamos que reflexionar sobre el hecho de que el templario, no era sólo un fraile recogido siempre en oración y penitencia mortificando su cuerpo y sentidos, ya que de ser así los soldados de Cristo no podrían después entrar en batalla con la bravura y el coraje apropiados. El templario era también y en primer lugar, al menos en Tierra Santa, un guerrero luchador y feroz, que está en íntimo contacto con la gente del mundo y con todas las oportunidades que invitan al relajamiento.

El hábito para él no es la defensa del mundo exterior, como lo es para un benedictino, ya que su misión es la de galopar a caballo al frente de la batalla desenvainando la espada y asistiendo a todas las confrontaciones con el adversario.

El templario es admirado o bien odiado, cabalga triunfante por los mercados de Jerusalén, por las calles de Tiro de Acre, objeto de las miradas de las mujeres y de los hombres que los deseaban o envidiaban o ambas cosas.

 

En este concepto era difícil exigir al templario que no bese a mujer ni viuda ni doncella, como establecía la regla de 1128, sin exponerse a que surgieran ocasiones de relajación de costumbres, tanto con jóvenes sarracenas, cosa frecuente en la época y en el contexto de Tierra Santa, como entre algunos hermanos, situaciones que en algunas ocasiones podían aparecer encubiertas como en muchas de las comunidades religiosas o militares de la época: ninguna de ellas podría asegurar que estos hechos no se hubieran dado nunca, atendiendo que el adepto se encuentra sometido a la soledad y a las tensiones internas, derivadas de haberse enfrentado con la muerte, tanto física como espiritual, así como la presión de la batalla.

Pero en ningún caso justifica esto por sí mismo una descalificación general de la Orden, pagando una vez más justos por pecadores, en aquel entorno, visión absolutamente diferente de nuestra actual situación social.

 

También es difícil creer la infamia que se les imputaba: de renegar de Cristo y escupir en la cruz, en el caso de que fueran hechos prisioneros por los sarracenos. En este caso los guerreros enemigos se limitaban a preguntar quien estaba dispuesto a renunciar a la propia fe y convertirse a la fe verdadera, y aquellos que no levantaban el dedo, se les arrodillaba y sin contemplaciones ni palabras, se les decapitaba. Aquella era la muerte reservada a los templarios: la degollación ritual.

 

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Realmente, lo que no se les perdona no son las faltas que resultan menores para la mentalidad de todos, (aunque severamente castigadas por las religiones, generalmente intransigentes con la libertad sexual de los pueblos), sino el poder que consiguieron: el orgullo y la prepotencia templaria que muchas veces fueron la causa de muerte y desolación como en las batallas de Hattín y Damasco (aunque no fue a causa de los templarios, sino de un Maestre lleno de veneno y ego); y la acumulación de tesoros; resumiendo, el poder excesivo que acrecienta a la Orden, una ofensa pública para las prerrogativas de los príncipes y en definitiva, un peligro para la seguridad de los estatus quo imperantes de cualquier Estado que todavía se sustentaba en estructuras y maneras feudales de gobierno.

 

Felipe el Hermoso, rey de Francia, centralizador, perseguidor de los judíos. Malgastador… es un rey enamorado del poder y busca siempre los medios financieros que le permitan llegar a ser el monarca absoluto que la Edad Media todavía no conocía. “No es un hombre, sino una estatua”. Así lo definía el Obispo de Parmiers Bernat Saisset.

Lo intentó todo: desde querer hacerse admitir como caballero Honorario del Temple el 1295, a que la Orden admitiera a su hijo, fusionar las Órdenes del Temple y del Hospital, para poder neutralizarlos, (ya que no se entendían muy bien eran casi enemigas mas que rivales), y pasar a la acción, aprovechando la circunstancia de que Jacques de Molay, Gran Maestre del Temple, después de la caída de San Juan de Acre, vuelve a Chipre con las grandezas de un potentado oriental y no con la austeridad de Hugo de Payns.

 

La Orden concentrada en las encomiendas de Occidente ya no gasta sus riquezas en Oriente, por haber tenido que abandonar sus posesiones en Tierra Santa.

El rey utilizará las acusaciones de un templario renegado, Esquieu de Floyran, natural de Beziers. Y los acusa de sodomía, idolatría y herejía, de ritos obscenos: en la mejor operación policial, aunque injusta, de su tiempo.

 

Un manuscrito sellado judicialmente es enviado a los alcaldes y senescales del reino con la orden de no romper el sello hasta el 13 de Octubre a medianoche.

Es una orden de arresto contra los templarios para detenerlos en cualquier sitio. El rey con esta acción traspasa sus derechos, porque sólo el Papa puede proceder a este arresto ya que los templarios únicamente dependen de su autoridad.

El rey confiaba con la indecisión del Papa Clemente V, Bertrán de Gotth, Obispo de Cominges, arzobispo de Burdeos, había estado elegido gracias al soporte del rey de Francia, que efectivamente reacciona pero sin mucha energía.

 

Los templarios serán torturados e interrogados en nombre del Papa pero por cardenales franceses adictos al rey.

Los templarios que confesaron aquello que era del agrado de los torturadores y de los que los mandaban, son reconciliados y liberados.

Aquellos que negaron las acusaciones son encerrados y torturados.

En el año 1310, aquellos que pretenden defender a la Orden como Jacques de Molay y Godofredo de Charnay, que se retractan de sus confesiones, son condenados a la hoguera, levantada en la isla de los judíos en la puerta de San Antoine de París.

 

La crónica nos dice que desde la hoguera, Jacques de Molay, el Gran Maestre convocó al Papa y al rey delante del Tribunal de Dios. Verdad o leyenda el caso es que el Papa, que estaba gravemente enfermo murió el 20 de Abril de 1314 en el castillo de Roquemaure en la Valle del Roine.

Y el 29 de Noviembre del mismo año muere el rey Felipe el Hermoso, que también cayó enfermo, no se sabe si de una indisposición natural por haber corrido demasiado detrás de una liebre o por otra causa más secreta…

Otros soberanos o rehusaron juzgar a los templarios o bien los consideraron inocentes. Así podemos citar: Jaime II, rey de la Corona de Catalunya y Aragón, se afirma como protector de los templarios, los Concilios de Salamanca (1310) y de Tarragona (1312) proclamarán la inocencia de los templarios. Los bienes del Temple dados a los Hospitalarios de San Juan, serán conservados por los templarios. Para no molestar al Papa, se conformarán con formar parte de la Orden de Nuestra Señora de Montesa y, en el resto de España. serán admitidos en la Orden de Calatrava, de Alcántara y de Santiago.

Otros ingresaron en la Orden del Cister.

El rey de Portugal, rechaza cualquier persecución. El Temple tomará el nombre de Milicia de Jesucristo y de la Orden de Cristo, y ubica su casa principal en Tomar.

 

En Alemania simplemente se unirán a los caballeros Teutónicos.

 

LA HERENCIA

Las aportaciones concretas del Temple fueron numerosas, ya que los templarios antes de ser simples monjes soldados, eran técnicos, constructores, banqueros, hombres de acción y de grandes ideas, que intentaron además sintetizar las civilizaciones orientales y occidentales y juntar los conceptos de la antigüedad y del cristianismo medieval.

Las fuentes de sus conocimientos ciertamente son a veces misteriosas y muy discutibles.

No obstante, con independencia del origen de sus conocimientos, los templarios tenían como un deber trasmitirlo a sus adeptos, seleccionados con prudencia y rigor, tanto en el aspecto físico como moral y ético. Como arquitectos les podemos atribuir la concepción, y creación, de muchas de las grandes catedrales de Europa, abadías, fortalezas, obras de arte, los mercados cubiertos etc. Por tanto se les considera para muchos autores los creadores del estilo gótico que utiliza el arco ojival, el crucero de ojivas, la vuelta, los pilares con nervaduras y los arco votantes para poder posibilitar una arquitectura vertical, donde los vacíos son tan importantes como lo que está lleno.

 

Como ingenieros crearon los planos inclinados, que facilitaban el descenso del agua de lluvia proveniente de las canalizaciones, los desguaces, las modificaciones químicas del suelo por medio de los abonos hechos con cal y sílice.

También utilizaron como proteínas los abonos, el estiércol o el purín (compuesto).

Como médicos utilizaban los métodos parapsicológicos e hipnosis de los terapeutas de la antigüedad. Como alquimistas crearon ungüentos y bálsamos evitando así la proliferación de las bacterias.

 

Si consideramos que la alquimia como la base de los primeros conocimientos de la química, podemos decir que los templarios químicos definieron: los diferentes estados de la materia; los ácidos y las bases con sus funciones; el peso específico de los metales y minerales. Numerosos métodos de cocción como el Baño María, el autoclave y el horno eólico, el uso de la energía solar; La acción beneficiosa o nociva de los venenos vegetales, minerales, animales y el uso múltiple del opio.

En lo referente al ámbito militar, codificaron y perfeccionaron diferentes técnicas ecuestres, codificaron el paso del caballo en función de las diferentes fases del combate, paso, trote, galope, la vuelta etc. Refinaron las armas blancas de origen antiguo. Y crearon la cota de malla y el yelmo elementos que por su ligereza permitían gran movilidad.

¿Que sucedió con la Orden del Temple? Ciertamente la organización del Temple era doble: por un lado la oficial, reconocida y registrada. Por otro lado, la parte secreta y escondida, hecho que permitía suponer que los elementos clandestinos habrían sobrevivido, aunque perdiesen sus medios de acción y pasaran a convertirse en una sociedad secreta y públicamente, este vacío hizo proliferar lo que hoy llamamos neotemplarismo que no es mas que una asociación gubernamental imitando la tradición templaria y nada mas.

Y es en este sentido que hay que recordar la afirmación de Humberto Eco en su novela “El Péndulo de Foucault”, que sirve tanto de reflexión como de advertencia:

“Los Templarios están siempre a nuestro alrededor…  en medio de todas partes”

 

LA FORTALEZA DE ALCONETAR

En la provincia de Cáceres a orillas del río Tajo cerca de la ciudad de Coria, se encuentra la villa de Alconetar. En ella los templarios edificaron una fortaleza levantada sobre la antigua calzada romana en la Vía de la Plata que desde Mérida conducía a Astorga y a Santiago de Compostela. En Alconetar controlaban un puente en cuyo extremo edificaron sobre un templo romano una iglesia dedicada en honor a la Magdalena.

Algunas iglesias templarias solían custodiar reliquias, objetos de gran veneración para los fieles y con poderes milagrosos.

Fragmentos de Vera cruz como Caravaca (Murcia), Ponferrada (León), Zamarramala y Maderuelo (Segovia). Bagá ( Barcelona).

Y Cuerpos incorruptos de templarios que eran venerados por ellos mismos y por el pueblo en general como San Millan “el labrador” en Cebolla (Toledo), Fray Guillén Duran en Puigcerdà, (Girona) y Sant Pelegrí en Cessa dels Templers (Lleida).

En la Península Ibérica también los templarios poseyeron varias Santas Espinas que florecían milagrosamente; Wiasdeu (Rosellón), Agréda (Soria) o Valencia (ciudad).

Simbólicamente la espina es la defensa de la planta o de la flor, en el cristianismo la espina sugiere la tierra virgen no labrada por el hombre, que la Virgen María prefiere para sus apariciones.

EL ROSAL DE ALCONETAR

Era un rosal que florecía todo el año, con rosas de varios colores y aromas. Sus espinas no herían y de ellas se extraía el bálsamo de Fierabrás. Era el rosal que los templarios tenían en su jardín que dicen brotó de la corona de espinas de Jesús de Nazareth y que según la tradición popular tenía propiedades curativas.

Los templarios cogían de él rosas durante todo el año para ofrecerlas y colocarlas en el altar de la Virgen.

Dice la leyenda que los templarios al verse acosados y perseguidos escondieron sus reliquias dentro de un arca y la enterraron en la cripta de la iglesia de Santa Magdalena junto al puente romano de Alconetar.

EL MANTEL DE LA ÚLTIMA CENA

Hacia el año 800 después de Cristo, Carlomagno invadió Hispania para frenar el avance musulmán hacia sus tierras.

Uno de sus caballeros Guido de Borgoña conquistó el castillo de Alconetar en poder del musulmán Fierabrás.

Don Guido entregó la fortaleza a Carlomagno y se reservó para sí a la bella Floripés, hermana de Fierabrás.

El emperador quiso festejar la conquista con un gran banquete, pero se encontró escaso de provisiones. Entonces utilizó el Mantel de la Última Cena que llevaba en su equipaje. Las Tradiciones señalan que dicha reliquia había sido llevada a Roma por Santa Elena, madre del Emperador Constantino, y de allí pasó a Carlomagno y éste lo llevaría a Extremadura.

 

Aunque otros autores dicen que fue un musulmán cautivo quien le reveló su existencia y la de tesoros que se encontraban ocultos bajo la torre de Floripés. Con el mantel puesto sobre la mesa y pronunciadas ciertas palabras secretas aparecieron toda clase de alimentos y bebidas deliciosas organizando Carlomagno una gran cena para festejar su victoria. Los templarios lo encontraron al tomar posesión de Alconetar en 1167.

 

El mantel era un trozo de lino de 4 metros y 42 centímetros de largo por 92 centímetros de ancho. Blanco con sencillos adornos en azul por uno de los extremos del largo y rayas del mismo color en el otro, con una trama que hace resaltar ciertas formas geométricas. Hoy en día la dejadez y abandono del sagrado mantel es evidente porque está lleno de roturas y desgarros. Los templarios organizaban cada Jueves Santo una comida de caridad con el mantel expuesto sobre una gran mesa en el patio del castillo.

Cuando el capellán de la Orden recitaba las misteriosas invocaciones, aparecían gran cantidad de alimentos que eran repartidos entre los necesitados de la comarca.

En 1213 tras la batalla de Las Navas que aseguró y protegió la frontera con los musulmanes, Alconetar se hizo la encomienda templaria mas rica y poderosa de la región. Pero con la supresión de la Orden, la ruina y la miseria se apoderó del lugar. El abandono fue tan evidente que hasta ocasionó el deterioro del puente hasta tal punto que, en 1336 los peregrinos que iban por la ruta de la Plata hacia Santiago de Compostela tenían que cruzar el río en barcazas. Con la desaparición de los templarios, las reliquias desaparecieron, quedando ocultadas y olvidadas hasta que en el año 1404, una Bula de Benedicto XIII nos dice que habían sido descubiertas y enterradas en el subsuelo de la catedral vieja, dentro de unas arcas y comienzan a verse en los documentos del obispado de Coria noticias referentes a las reliquias para las que se construyó un relicario en la catedral en 1495 y una capilla en 1596.

Es curioso que en 1548 el Gran Prior de la Orden de San Juan de Jerusalén y el inquisidor de Llerena, fueran a Coria para inspeccionar las reliquias y dictaminar su autenticidad, si ya en el año 1404 el Papa las habían avalado como auténticas, por lo cual apoyaba, alentaba y contribuía a la realización de su adoración y exhibición.

Se trataba de 16 reliquias de los que tres disponían de culto propio : La Vera Cruz, la Santa Espina y el Mantel de la Última Cena.

 

El tres de mayo se celebraba la fiesta donde las reliquias se colocaban en un trono ante el altar mayor de la Catedral. Se celebraba misa solemne y después, las reliquias eran subidas sobre el atrio para mostrarlas al pueblo. En ese momento el Mantel era desplegado y su extremo quedaba a la altura de las cabezas de los fieles quienes rivalizaban para besar la sagrada tela.

El constante aumento de peregrinos y fieles originó una importante feria multisectorial que atraía a curiosos y a peregrinos a la vez aumentando la prosperidad de la villa.

Pero a la vez las mayores aglomeraciones traían desordenes y caos y, en el siglo XVIII, se suspendió la presentación de las reliquias y se dispuso que fueran adoradas únicamente en el altar. Pero fue peor el remedio que la enfermedad y en 1791, el cabildo aprobó la supresión del acto público de adoración y desde entonces sólo se podía hacer a través de una reja en la Capilla del relicario y el mantel permanecía oculto en una arqueta de plata.

 

Así su culto fue decayendo y al cabo de los años llegó al olvido….

En honor a las MUJERES TEMPLARIAS, que aunque hay cada cabeza dura que sigue afirmando que no habia mujeres en el Temple, y estan muy equivocados, les dejo esta perlita.

 

 

ECHANO (NAVARRA)

En esta población existe una ermita dedicada a la Virgen del Temple. Hoy en día que se encuentra en muy mal estado de conservación. En ella se halla una tumba anónima, sin inscripción o símbolo que pueda hacer sospechar de quien es la persona enterrada en ella, pero cuentan las personas del lugar que allí estaba enterrada una dama templaria que se había retirado para hacer vida de ermitaña y proteger una imagen que estaba a su cuidado como si fuera la única del mundo y era la figura de la Virgen del Temple.

El pueblo la veneró por sus bondades y su dedicación hacia los demás, sobretodo por sus artes de curación de personas enfermas. Todo el pueblo la conocía como “Arpeko Saindua” que significa la santa de la cueva o por el nombre de “Lezeko Andrea” que es la señora de la caverna.

Cuando murió, las gentes de los pueblos cercanos continuaron visitando su tumba a la que traían ofrendas, exvotos y siempre había velas encendidas en el lugar. Las mujeres que deseaban quedarse embarazadas debían dormir una noche sobre la lápida. A pesar de la desaparición y de las acusaciones contra la Orden del Temple, las gentes del lugar siguieron venerándola como siempre.

EL ENIGMA DE LAS MONJAS TEMPLARIAS

Aunque muchos autores lo nieguen hay que tener en cuenta que hubo numerosos casos de mujeres que entraron el la Orden del Temple. Estas hermanas, monjas o «Damas Templarias», no eran guerreras y vivían en aposentos aparte de los caballeros templarios. Realizaban trabajos de hospital o se dedicaban a la confección, (uniformes, mantos, mantas etc), lo que se denominaba como trabajo de pañera.

Como en Echano existen otros ejemplos de damas templarias como el monasterio de mujeres de la Orden del Temple de Combe-aux-Nonnains en la Borgoña y que dependía de la encomienda de Épailly. O como la hermana Inés, abadesa de Camaldules de Saint Michel del Ermo y de su comunidad de monjas que entraron todas a pertenecer a la Orden del Temple, en Francia, el rol de la mujer fue mas allá y su titulo igualo al de los Caballeros.

Otros casos similares son los de Lyon, Arville, Thor, Metz, etc. Un caso significativo es el de Azalais una dama de Rosellón que entrega como limosna su feudo de Villamolaque con el sentimiento de sus dos hijos y ella se entrega en cuerpo y alma a ser dama del Temple.

Otro de los casos que se tiene noticia es el de la dama Juana, viuda de Ricardo de Chaldefelde de Inglaterra, que profesó sus votos como dama del Temple ante Azo, Archidiácono de Wilshire. Este la envió con un certificado al Maestre provincial de la zona.

Por eso… Salud y reconocimiento a las mujeres del Temple.-

Mas Información en la trilogia:

EL ROL HISTORICO DE LAS MUJERES EN LAS ORDENES DE CABALLERIA MEDIEVALES – Parte I

LA VERA CRUZ DE MADERUELO

Esta villa domina los meandros del Riaza en su descenso hacia el Duero. Es muy probable que en el tiempo de los celtas ya estuviera habitada y algunos arqueólogos sitúan en Maderuelo, la ciudad perdida de Tucris.

 

A partir del siglo VIII, Maderuelo se convierte en zona de frontera. La villa sobretodo es de importancia medieval cuando formó parte de la primera línea defensiva de la margen izquierda del Duero. Fue repoblada por el conde castellano Fernán González a mediados del siglo X. Con las incursiones de Almanzor, todo intento de repoblación fue inútil hasta que el conde Sancho García llegó a Montejo, Maderuelo y Sepúlveda villas recuperadas en el 1010.

Maderuelo recibió repobladores mozárabes procedentes de Al-Andalus, cristianos del norte y de las serranías sorianas que convivieron junto a la población musulmana y judía.

 

Aparece citada documentalmente con el nombre de “Castro Maderolum” por el obispo Don Rodrigo Jiménez de Rada al relacionar las fortalezas por el ya nombrado conde Sancho García. Desde la Edad Media se conservan las puertas y el trazado de las murallas y restos de mas de trece templos.

Cuenta la leyenda que tras una dura batalla el maestre templario cayó prisionero del rey de Alejandría. Este rey sarraceno decidió celebrar la victoria con una gran cena y como sentía un gran respeto y admiración hacia el caballero templario le invitó a compartir su mesa.

La cena se desarrollaba con alegría, momentos de euforia y risas entre los invitados sarracenos que contrastaban con la cara seria y triste del maestre templario.

El rey en un acto inesperado y de bondad le ofreció al maestre que escogiera cualquier joya de las capturadas y que se exponían en la cena a modo de trofeo en medio de la sala. Le aseguró que se la podría quedar aunque no se convirtiera al Islam o aunque fuese liberado mediante pago de rescate, algo improbable ya que la regla de la Orden del Temple dejaba bien claro que nunca pagaría rescate por ningún templario.

Era todo un acto conciliador y de amistad hacia el maestre, el cual enseguida se percató en un lignum crucis que brillaba con más intensidad que el resto de las joyas. El rey musulmán le entregó la preciosa reliquia al maestre pero a la vez el caudillo sarraceno quedó prendado ante la belleza de un cáliz que lo tomó entre sus manos y pidió a sus sirvientes que le llenaran la espléndida copa de un exquisito brebaje, pero el maestre intentó impedirlo primero alegando que aquella copa era sagrada para su religión cristiana y después en vistas que estas palabras aún despertaban más curiosidad, excitación y risas al caudillo musulmán, volvió a insistir que le llenaran la copa, el templario amenazó diciendo; «que quien se atreviera a profanarla sufriría terribles consecuencias». El templario en un gesto de buena voluntad ante lo benévolo que había sido el rey musulmán con él, le rogó que al menos cada vez que fuera a beber, le permitiera tocar la copa con la cruz para evitar su profanación y el castigo divino.

Entre sorprendido y divertido el caudillo musulmán aceptó ese extraño ritual. Pero sucedió que cada vez que el rey iba a beber y el templario tocaba con la cruz el cáliz, el brebaje se convertía en vino, ante la cólera del rey ya que la Ley Islámica lo prohibía. Al séptimo intento, el rey ciego de ira, sólo pensaba en vengar esa ofensa hacia su religión y sus creencias.

Y lo que había empezado como un juego o una burla se había convertido en toda una amenaza hacia su persona. Decretó hacer fundir la cruz y verter el oro en el cáliz para que después se le fuese dado a beber al templario ordenando que se hiciera de inmediato y sin demora a ver si así era capaz de convertir el oro fundido en vino.

Algo más mágico tenía que suceder aún y fue voluntad de Dios que ninguna de esas reliquias jamás fueran profanadas, ya que cuando los tres soldados del rey musulmán cogieron en sus manos los objetos sagrados y sujetaron al templario para esposarle, el templario, los objetos sagrados y los tres musulmanes desaparecieron ante la atónita mirada de los allí presentes.

El caballero templario portando la sagrada cruz en una mano y en la otra el cáliz y los tres musulmanes aparecieron a los pies de Nuestra Señora del Temple en Maderuelo, ante la incrédula mirada de un buen número de templarios que allí se habían reunido para la oración. Y cuenta la leyenda que los tres musulmanes se quedaron al servicio del maestre templario y que por aquel suceso la iglesia cambió de nombre y a partir de entonces se llamó de la Vera Cruz.

“ Cautiva en lejano Oriente de sarracena morisma, por fe, un soldado templero, conquistó la Cruz Bendita”

 

MONZON 

Este castillo se halla situado a setenta kilómetros de Huesca en la carretera de Lleida en el ángulo compuesto por los ríos Cínca y Sosa sobre un cerro de laderas escarpadas a 368 metros de altura.

Es el lugar donde se reunían las tres Cortes de los tres Reinos de la Corona de Aragón. La primitiva fortaleza musulmana llamada “Monçones” se encuentra construida sobre una atalaya fortificada musulmana, que a su vez ocupó el emplazamiento de una edificación romana preexistente.

Se donó a los templarios el 27 de Noviembre de 1143 por orden de Berenguer IV, que recibe el castillo con sus tierras y propiedades y se produce una fuerte disputa entre esta y la mitra ilerdense hasta que en 1173, quedan supeditadas a la encomienda un total de 28 iglesias.

La Orden del Temple convirtió Monzón en la principal casa de la Orden en la Corona de Aragón.

 

Los templarios lo trasformaron en castillo-convento, sede de la encomienda, consta de cinco edificios independientes y constituye un modelo de castillo de planta irregular y un ejemplo de fortaleza defensiva con sus potentes muros de ladrillo de dos metros de espesor.

La entrada se halla en el ángulo Sur-este del conjunto. A ella se accede tras salvar un foso de tres metros de profundidad que se atraviesa por medio de un puente levadizo y por una puerta con bóveda de ladrillo que tras una pronunciada pendiente nos encontramos con la llamada cárcel de la encomienda o de los templarios, que es una construcción de dos plantas. También recibe el nombre de torre de Jaime I, pues en ella se alojó siendo príncipe mientras permaneció en el castillo.

De lo más antiguo del castillo-convento es la torre del homenaje del siglo X. De planta cuadrada, posee un aparejo de sillería que en sus entrepaños distingue cantos rodados colocados en construcción son cantos dispuestos en opus spicatum (espina de pez), típica construcción templaria.

La sala de los caballeros que es el edificio más grande, una de las más espléndidas de todo el recinto. En uno de sus laterales por el exterior, se abre un pozo que comunica con el aljibe.

Los dormitorios, la capilla y la torre de las dependencias también fueron construidos por la Orden del Temple.

El templo está considerado como el elemento más interesante del castillo y hacía de torreón defensivo desde su ábside, cumpliendo así una doble función militar y religiosa, propia de los edificios pertenecientes a la Orden del Temple.

Aunque es obra románica, de una sola nave en él se aprecian detalles góticos como el apuntamiento de su bóveda de cañón termina en un ábside iluminado por una ventana semicircular. En el centro del ábside del templo se abre un agujero en el suelo por donde se desciende a un subterráneo que se nos ha permitido visitar y vale la pena bajar a él, por la sensación tan misteriosa o energética que penetra en uno. En este subterráneo existe una especie de camastro labrado en la roca que justo cabe una persona y, aunque muchas pueden ser las explicaciones, nos quedamos en que bien podía ser parte de un rito iniciático. Este subterráneo tiene dos salidas, una a la torre del homenaje y otra a la sala de los caballeros, donde un artefacto permitía recoger el agua de lluvia.

Cuando los templarios fueron cercados por las tropas del rey Jaime II, éstas se quejaban que a pesar del cerco duro y tenaz, los templarios de monzón realizaban frecuentes incursiones clandestinas por todo el valle, introduciendo víveres en su castillo, practicando estas salidas por las diferentes minas y pasadizos nombrados del castillo.

Al pie del castillo en el lado sudoeste se ha encontrado los cimientos de la antigua iglesia parroquial de San Juan que perteneció a los templarios. Los cimientos descubiertos pertenecen a un edificio grande de planta rectangular con ábside semicircular, ancho como la nave.

El Rey Jaime I tenía seis años y cuatro meses cuando fue reclamado por el Temple. En cumplimiento del testamento de su madre fue educado por los templarios entre Agosto de 1214 a Junio de 1217 exactamente tres años en las estancias del castillo al cargo del Maestre Provincial de Aragón Guillén de Monredón.

En la capilla de San Nicolás fue jurado el pequeño rey Jaime I por toda la nobleza, escoltado, rodeado y protegido por los restantes templarios. Todos ellos se inclinaron ante él y prometieron fidelidad, defensa y amor hacia su rey.

Los veinte primeros años de la vida de Jaime I serán el resultado de la educación impartida en el castillo.

Jaime II atacó sus muros en 1308 con el fin de expulsar a lo últimos templarios que se habían hecho fuertes en él. Siete meses duró el cerco de Monzón desde Octubre de 1308 hasta el 24 de Mayo de 1309 después de un prolongado cerco y de una aguerrida defensa se rindieron, cuarenta templarios que luego, prestaron declaración entre Chalameda y Monzón.

Y el castillo pasó a manos de los hospitalarios que intentaron borrar a golpe de martillo todos los símbolos dejados por los templarios.

 

El último Comendador que rindió el castillo fue Fray Bartolomé de Belvís.

Dicen que todos los años para el 24 de Mayo se aparece el Comendador Fray Bartolomé de Belvís, vestido de blanco y su rostro ensangrentado, dando fuertes gritos que conmocionan las estancias de la fortaleza, demostrando la gran injusticia cometida contra el Temple.

 

SAN PEDRO DE PORZONILLOS 

Llegamos a Oza do Rios, en la provincia de la Coruña, donde se encuentra esta población en el sur de Betanzos. Se conserva una iglesia templaria: tiene una sola nave con ábside rectangular y un curioso rosetón con forma de estrella de David, de seis puntas.

Delante de ella celebran los aldeanos una ceremonia ancestral, los fieles bailan descalzos, en contacto con la tierra en silencio, sólo roto por el sonido de la gaita pero no se la ve sólo se la oye, el músico se esconde tras la iglesia. En un momento todos paran y miran a un mismo sitio, miran una figura grabada en el frontal de la iglesia. Un espanta brujas que afirman infalible. Desde que los templarios edificaron la iglesia y colocaron esta figura dicen que nunca se han visto espíritus malignos por los alrededores.

FIN
Leyendas sobre los monjes blancos, hubo, hay y habra por cientos. Sera muy difícil borrar la memoria de una filosofía tan profunda como el propio cristianismo original. Cada vez que se diga TEMPLARIOS, no solo se asociara ese nombre a la cristiandad, sino también a los culto pre cristianos originarios en el lejano y antiguo Egipto y mientras Egipto y el cristianismo este en la memoria colectiva, el temple también lo hará.
Cesar Imbellone

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4 comentarios en “HISTORIAS SECRETAS DE LA ORDEN DEL TEMPLE Y ALGUNOS MITOS

  1. Pablo A. Arribas

    Hacía tiempo que no te leía y estoy intentando ponerme al día. Debería haberlo hecho antes ya que leer tus textos es una satisfacción inmensa por la aportación de conocimiento que ofreces en ellos.
    Gracias César Imbellone.
    N.S.L.

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  2. Pingback: HISTORIAS SECRETAS DE LA ORDEN DEL TEMPLE Y ALGUNOS MITOS – Pablo A. Arribas

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